Yo llevo cuarenta años anillando cañas mías y de muchos amigos. Es laborioso, pero como todo trabajo donde se ve el resultado de labor, es gratificante. Lo más complicado tal vez, es dar con el tranquillo al aplicar la laca o epoxí de dos componente para que quede uniforme . Antes, cuando no había estos modernismos, le dábamos barniz de calidad y a pescar. O no se le daba nada. He visto cañas de bambú anilladas con cinta aislante que daban mucho juego.