A unas millas del paraíso, al fin, se han marchado los mini-rojos.
No dejaban de comer a los demás y daban mucho trabajo a los alicates para no hacerles pupita. .
La temperatura del agua ha bajado cinco grados y se nota.
Dos lechas devueltas por peques. Unas pocas de vaporetas y varios bonitos kileros; ah, y un par de espetones también devueltos. No por peques , si no por feos.
Al fin una mañana entretenida sin llampugas ni minis.